Cuarto y último volumen de esta fabulosa tetralogía que se enmarca dentro de la tradición de las grandes sagas familiares de la literatura francesa, aunque, en este caso, con una perspectiva satírica totalmente feroz. El resultado es un cuadro de ambiente surrealista, cruel y altamente poética, como subrayan las ilustraciones de De Crécy. esta obra ha obtenido el gran premio de la ciudad de Sierre en 1995, seguido del premio René Goscinny en 1996 y del Alph´Art al mejor álbum otorgado en Angulema en 1998.