Jorge Cela fue siempre el mejor cuentista de mi generación, una pluma fraguada especialmente para el género minucioso, apretado, observador, breve y cargado de pequeños contenidos y grandes ironías.
Pasaron los de la escuela de la mirada, pasaron los chicos de Carver y todos se parecían a Jorge, todos estaban haciendo lo mismo: dar un esquinazo de la vida con crueldad y verdad, con una irónica moderación de escritura, entre lo coloquial y la historia natural. Pero es lo mismo, los críticos no dijeron nunca nada, porque los críticos no hacen literaturas comparadas y se guían por los premios. (?)
Jorge Cela Trulock es un intimista de lo vulgar, un escénico profundo y cachondo, un escritor tan personal que está llegando a la mineralización de su escritura, que un día será fósil valiosísimo para saber cómo escribían en nuestro milenio los españoles que escribían bien. Del prólogo de Francisco Umbral.
Jorge Cela Trulock nace en 1932, en Madrid. Se estrenó con Las horas, que quedó bien colocada en el Nadal de 1958. Después vino Blanquito, peón de brega, premio Ateneo de Valladolid y reeditada últimamente en Calambur.
Otras novelas: Compota de adelfas, Inventario base, Trayecto Circo Matadero, A media tarde, La fábrica de azúcar, Todas las ventanas y La flor de las acacias (Premio Principado de Asturias 1999, Ediciones Nobel). Los relatos, los cuentos, se han ido recopilando en los libros Carta a la novia, Cuando sonríes y en este que tiene entre sus manos.
El lector que se enfrente con los libros de Cela Trulock no debe ir con una actitud premeditada. Ni el título, ni siquiera las palabras del texto le deben influir. El lector deberá dejarse ir sobre las palabras, casi levitando suavemente por encima de ellas. En un vuelo estético. Casi sin darse cuenta. La palabra, las palabras le irán llegando, le irán entrando hasta el corazón; el corazón, que no es más que el verdadero lector de escritos, de prosas, de versos, de libros? el corazón, donde están los ojos que leen, que ven, que miran con asombro cómo la palabra es la suma expresión del amor y de la estética.