«El infierno lo reconocemos sólo retrospectivamente. Después de la expulsión. Mientras nos abrasamos en él, hablamos de la patria». Viktor Abravanel, profesor de historia en la Universidad de Viena, desciende de un consejero de los Reyes Católicos y de una ilustre familia sefardita cuyos miembros fueron alternando las persecuciones con cargos relevantes a lo largo de los siglos. Aprovecha una cena con sus antiguos compañeros para enfrentarles al pasado nazi de sus viejos profesores allí presentes. La fiesta resulta un fiasco. Viktor explica el porqué de su actuación a su amiga Hildegund, mientras rememora su infancia, los años de despertar al mundo, la represión y las persecuciones, la ocultación de las creencias, el rechazo por parte de la sociedad...; relato que se entrelaza con la vida de Mané Soares, el niño que jugaba a «cazar marranos» en el Portugal del siglo xvi mientras sus padres practicaban los ritos del judaísmo en la clandestinidad. Tras huir de la Inquisición y refugiarse en Amsterdam, el niño que antes «de ser rabino fue antisemita» se convertirá en Samuel Manasseh, quien convencerá a Cromwell para que acepte judíos en Gran Bretaña y será maestro del joven Spinoza, personaje que anda estudiando Abravanel.
La expulsión del infierno es una novela sobre las identidades, voluntarias e impuestas; sobre la capacidad camaleónica del ser humano para sobrevivir en los momentos más aciagos. Intensa y cautivadora, dramática y apasionante, con buenas dosis de humor, La expulsión del infierno es una novela sobre el desarraigo y el rechazo, la Inquisición y el nazismo como infiernos de los que es difícil escapar, y que se proyectan en el tiempo desde el Portugal del siglo xvi para volver a la Península en los últimos años del franquismo, pasando por la Alemania y la Austria de antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Una novela de aprendizaje, de iniciación a una vida en la que la historia se repite aunque pretendamos olvidarlo.