"Me llamo Pepa, estoy divorciada y hoy cumplo cuarenta hermosos años. Lo de hermosos lo digo por decir algo positivo, pues la depresión que comienza a acecharme amenaza con ser épica, preámbulo de una estupenda crisis. Trabajo en un gran banco, no importa cual. Todos en el fondo son iguales, enormes máquinas de chupar la sangre a los incautos clientes hasta el punto en que puedan soportarlo sin morirse. Hoy es mi cumpleaños. Y, si a los veinticinco años una chica tiene que empezar a pensar, a los cuarenta hay que echarse a temblar. Sobre todo si, como yo, te encuentras en las siguientes circunstancias: sola (recientemente divorciada); sin hijos (porque lo vas dejando, a ver si tienes tiempo, a ver si arreglan un poco las cosas); y con dos amigas algo raritas por toda compañía." Así comienza esta divertidísima y a la vez profunda novela, en la que Pepa, la protagonista, trata, con sentido del humor, de dar respuesta a algunos de los interrogantes esenciales a los que toda persona se enfrenta en algún momento crucial en la vida, y en especial a su íntimo anhelo de ser madre antes de que el reloj biológico la condene irremisiblemente. A lo largo de la historia disfrutaremos con los avatares de una mujer de nuestro tiempo, a la que acompaña el éxito profesional pero cuya vida personal es un desastre, y que se apoya en dos amigas tan diferentes a ella como complementarias. La historia de Pepa, Lourdes y Alicia es la de muchas mujeres que luchan por que lo femenino vuelva a ocupar el lugar que le corresponde, el que nunca debió perder, y que tratan de sobrevivir en un mundo de hombres con un primordial objetivo: encontrar el verdadero sentido de la vida.