Mi madre está sin comer. Raras veces lo hace. Está reclinada sobre la pared, con la cabeza echada hacia un lado, como suele hacerlo cuando coquetea. Mi padre tampoco come. Está demasiado ocupado, mirándola. "¿Continúas ahí, querida?", le dice, indiferente. Jinny hubiera querido tener una madre a la que pudiera admirar y sentirse cerca. Pero, en vez de eso, se pasa el tiempo preocupada pensando en si se habrá vuelto a emborrachar, y habrá hecho alguna tontería, o algo todavía peor. Cierto día, su madre se pasa con el alcohol y termina en el hospital. Jinny no cuenta con la ayuda de su padre; su hermana mayor, Kate, no quiere saber nada, y Alice es demasiado pequeöa para comprender lo que pasa. Parece como si toda la familia se encontrara hundida en un pozo. Pero ella está decidida a sobrevivir... "coherente y poderosa" Times Literary supplement "Sobresaliente" Vogue