Pongo y Perdita, dos perros dálmata, eran felices: habían sido papás de quince preciosos cachorritos. Roger y Anita, los dueños, celebraban el nacimiento de los pequeños dálmata cuando apareció Cruella De Ville, una excéntrica millonaria antigua compañera de colegio de Anita, que pretendía comprar los cachorros a cualquier precio. ¿Para qué los querría?