Donostia- San Sebastián es una ciudad que siempre deja una huella imborrable a todo aquél viajero o turista que tiene la fortuna de visitarla. Es una ciudad abierta y alegre, luminosa y colorida. San Sebastián, sin embargo, no se entiende sin la presencia del mar, eterna e inmutable compañera. Pero la ciudad es algo más que un trozo de tierra que juega con el mar; es una población donde conviven gentes de diversas procedencias, de diferentes oficios. Es una ciudad que se toma la vida en serio, disfrutando todos los minutos de existencia, pero sin olvidarse de su futuro.