El título alude al séptimo sello del mensaje del Apocalipsis en la Biblia, que significa el silencio, y sirve de pretexto a la autora para sumergirnos en su estimulante universo poético, donde se abordan los límites entre real e irreal, sagrado y profano, banal y absolutamente necesario, plasmado aquí con gran talento.
Los poemas en prosa de Elénkova nos acercan al mundo de todos los días: una tubería de agua, un viaje en coche, un túnel, los cambios de estación, la dulzura del sol... y lo trasciende, de pronto, para conducirnos a un sorprendente cierre de poema que nos aboca, irremediablemente, al silencio y la reflexión. El corazón del lector palpita y se ve inmerso, sin haberlo previsto, en temas como la muerte, el amor, la familia o la teología cristiana ortodoxa, tan necesitada de ser comprendida por todas y todos los lectores en el establecimiento de un diálogo con la insospechada belleza de la Europa del Este.