Desde las culturas más antiguas hasta la actualidad, las enfermedades mentales han estado rodeadas del misterio de lo intangible, un magma indefinido de comportamientos extraños, emociones fuera de control y síntomas de variada profusión e intensidad que no encuentran aún certidumbre sobre el origen, ni un lugar preciso en el entretejido cerebral. Pareciera que, cuanto más avanzamos, menos sabemos; no por desmerecer los nuevos aportes, sino por la multiplicación de caminos que se abren cada vez que nos acercamos a un destino que aparenta ser promisorio. Este es el desafío del conocimiento: no bajar los brazos y seguir adelante con la esperanza en que cada revelación es un logro en sí misma. Los avances en las neurociencias, la genética, el psicoanálisis, la psicología cognitiva e innumerables aportes de otras corrientes del mundo «psi», tratan de responder a una pregunta clásica, más cercana a las grandes cuestiones existenciales que a los dilemas terrenales: ¿Qué es y por qué se enferma nuestro psiquismo? Me atrevo a decir que este libro tiene un lado obediente y otro rebelde (¿hablará de mí, quizá?). El