A través del tiempo y las diferentes tradiciones, los hombres han testimoniado la presencia angélica. Esos mensajeros celestiales intervienen en las decisiones de la humanidad, corrigiendo, aliviando y ayudándonos a transitar el paso vital.
Presentes de una manera poderosa en las religiones monoteístas de Occidente, los ángeles son compañeros de los hombres en su camino cotidiano. Si bien durante siglos se los vio como portadores de fenómenos o solo presentes en la vida de seres excepcionales que podían torcer la historia, hoy en día nuestra visión sobre su presencia tiende a incluirlos y llamarlos por nuestras necesidades. De esa manera, en cada conflicto que se resuelve de forma misteriosa ante nosotros, podemos apreciar su participación.
Son instrumentos de Dios. Son la voz divina que necesitamos escuchar, con un registro que podemos entender. Son el brazo directo de la eternidad en nuestras vidas.
Este nuevo libro de Julián Victoria nos permite convocar un ángel para cada día, con la certeza de su presencia constante, para seguir sus efectivos consejos. Esto será motivo de felicidad y dicha para nuestro corazón.