La conmovedora e hilarante historia del genial (y demencial) líder de Felt, Denim y Go-Kart Mozart
Lawrence es el mejor ejemplo de la estrella del pop que nunca llegó a triunfar, con sus sueños de gloria frustrados durante las últimas cinco décadas por culpa de la mala suerte, aunque también por una buena dosis de autosabotaje. A los sesenta y un años se embarca en una nueva misión: escapar de la pobreza, el olvido y la humillación de los niños que se ríen de él en la parada del autobús componiendo un gran éxito.
En 1980, Lawrence formó Felt, que publicó diez álbumes y diez singles de un pop preciosista antes de separarse, diez años después. Si bien fue un grupo de culto que solo tuvo un momento de gloria fugaz con el single "Primitive Painters", su influencia es innegable y llega hasta nuestros días. En 1991, Lawrence dio un cambio de rumbo total y se reinventó con el grupo de pop electrónico Denim. En 1997, la canción «Summer Smash» 02014;que podría traducirse como "éxito veraniego" pero también como "verano hecho pedazos"02014; se convirtió en el single de la semana de Radio 1 y parecía que sería un éxito rotundo. Sin embargo, la muerte de Lady Di en un accidente de coche en París propició que la discográfica destruyera todas las copias del disco por respeto a la princesa de Gales. Para Lawrence, supuso el enésimo fracaso y desembocó en una depresión de caballo, la adicción a la heroína y el desahucio. Pese a todo, nunca se rindió.
En "Superestrella de las calles", el periodista y autor de best-sellers Will Hodgkinson hace un deslumbrante y emocionante retrato de este genio loco en un periplo a través de las calles de Londres mientras Lawrence reconstruye su vida 02014;o lo que queda de ella02014; mientras un jubilado lo confunde con una anciana, se ve obligado a arrastrar sacos de monedas de dos peniques hasta el banco local y deambula por los lejanos suburbios de Londres en busca de inspiración lírica. Mientras caminan juntos por calles empapadas por la lluvia, Will cuenta la historia de la estrella de culto más excéntrica de Gran Bretaña mientras emerge con fuerza una pregunta acuciante: ¿vale la pena sacrificarlo todo 02014;familia, relaciones, salud, cordura02014; por el arte?