Además de haber provocado una revolución trascendental en la Física, tan o más
importante que la que había originado Newton un par de siglos antes, Einstein fue un científico particularmente sensible ante los problemas socio-políticos de su época, y un librepensador humanista.
Banesh Hoffmann, que fue colaborador de Einstein en Princeton, resumió su vida y su obra con dos palabras: creador y rebelde. Un curioso, fascinante y ambivalente rebelde del siglo XX que amó la razón y despreció el poder, alabó la desobediencia civil y se codeó con algunos de los poderosos del mundo, apoyó a los objetores e insumisos y aceptó con cortesía, ironía y buen humor los más altos títulos honoríficos de algunas de las más prestigiosas universidades del mundo.