Las memorias de adolescencia de Rosa Regàs nos transportan a la cruda posguerra barcelonesa, donde el republicanismo de su familia era tabú y las nuevas convenciones sociales anulaban cualquier libertad individual. Unos años en los que el miedo, el fervor religioso y el maniqueísmo moral marcaban la pauta de conducta de la sociedad y que conformaron, por negación, el carácter de una mujer contestataria e inconformista que se acabó rebelando.
Con estas páginas conocemos a la Rosa Regàs más joven, la que es obligada a aprender a coser y a planchar, la que descubre el amor y la pasión, y la que muy pronto se inicia en las alegrías y los sufrimientos de la maternidad.
Pero, sobre todo, distinguimos a la mujer con inquietudes intelectuales y amistades de gran relevancia cultural a quien ninguna circunstancia podrá detener.
«En los momentos de lucidez me preguntaba, ¿Este mundo al que he ido a parar, es aquel mundo lleno de atractivos que me moría por descubrir? ¿El que me llevaría a conocer otras realidades, el mismo que me abriría las puertas a otros conocimientos que me harían libre?»