Las imágenes de la violencia y la guerra se han convertido, a través de la pequeña pantalla, en lugares comunes. Susan Sontag nos descubre las implicaciones y los peligros que esto tiene para la sociedad contemporánea. Ya no podemos ser inocentes, somos testigos. Y este planteamiento desemboca en cuestiones fundamentales: la manera en que las imágenes pueden generar rebeldía, fomentar la agresividad o derivar en apatía; la naturaleza de la guerra; los límites de la compasión y la solidaridad; y finalmente, la responsabilidad individual.