Aunque el nombre de Bram Stoker sea de sobra conocido entre los
aficionados al terror (El entierro de las ratas
y otros relatos de horror y La dama del
sudario, editados en esta colección), a menudo se tiene
del escritor irlandés una idea estereotipada de autor vampirizado
por su creación: Drácula. Pero lo cierto es que su
obra pone de manifiesto otros y muy variados registros literarios. Si Drácula
fue el producto de sus sueños más turbios, los relatos reunidos
en Cuentos de medianoche son los de un hombre afable, mordaz, dotado
de un espléndido sentido del humor -una de las constantes más
notables y menos señaladas de su trabajo- y que contemplaba la literatura
no como una actividad confesional o catártica, sino como un placer,
el tan irlandés placer de contar y transmitir historias, cualquier
tipo de historias, por el simple hecho de hacerlo. Por supuesto, el lector
va a encontrar entre las páginas de este volumen desde un terrible
instrumento de tortura hasta una vampira, un lobo sanguinario o una momia
egipcia y otros horrores macabros; pero también piratas malayos,
traviesos muchachos, maridos aparentemente ultrajados, granjeros desahuciados
y agentes publicitarios en apuros. Cuentos de medianoche es un canto
a la variedad estilística y temática de Bram Stoker, y también
uno de los compendios de rarezas y curiosidades más completo publicado
hasta la fecha en nuestro país.