«La Noche llega cuando Ningún Hombre puede Trabajar».
Estas palabras figuraban en la biblioteca de Rudyard Kipling, su
lugar de trabajo, cuando vivía en Vermont con su esposa americana
hacia 1892. El volumen que entregó entonces a la imprenta llevaba
el título de El trabajo de cada día, y contenía una
serie de historias diversas que ejemplifican la lucha esforzada e intensa
de los hombres y las máquinas (en definitiva, los elementos de la
civilización) contra el caos de la naturaleza salvaje. Así
ocurre en La tumba de sus antepasados, que cuenta la historia de
un soldado cuya familia ha servido en la India desde el principio del Imperio,
y a quien los indígenas toman por un dios. El soldado ha de convencer
a la población indígena de la necesidad de una vacuna contra
un mal que les amenaza con la extinción. En El diablo y la mar
profunda asistimos a los esfuerzos de la tripulación de un barco
de no muy buena reputación legal, que ha de poner en juego toda
su capacidad y energía para salir de una situación límite.
En El barco que se encontró a sí mismo los personajes
son las distintas piezas de un vapor recién botado, que han de enfrentarse
a una furiosa tormenta atlántica. Gato Maltés está
considerado como el mejor relato sobre el deporte del polo que se ha escrito
nunca, y narra una final de copa desde el punto de vista y las conversaciones
de los caballos de «humilde pedigrí» de un modesto equipo
indígena, frente a los poderosos adversarios británicos.