Esta segunda parte de El Quijote, escrita por Cervantes tras el clamoroso éxito de la primera, confirma la maestría del célebre manco de Lepanto, que supo recuperar a su maltrecho héroe y lanzado otra vez a los caminos en una nueva travesía que muchos consideran superior a la primera. Con un tono quizá más amargo, o simplemente desengañado, esta segunda parte recoge episodios tan famosos como el de la visita del hidalgo a la casa de los duques y termina con la muerte de un nuevamente cuerdo don Quijote.