Tres historias que se entrecruzan; tres narraciones independientes que comparten y escenifican el mismo tópico común: la soledad. La soledad de Madrona, mujer de la alta burguesía barcelonesa en sus intentos por reunificar a la familia alrededor de la mesa de Navidad. La soledad de Julio Matasanz, su marido, especialista en literatura medieval y prisionero de su ensimismamiento y sus costumbres. La soledad de Pedro, ahijado de ambos, y Myriam, su mujer, modernos Erec y Enide que se debaten entre su futuro y su presente en medio de la selva guatemalteca. Como en casi toda la obra de Vázquez Montalbán, vida y cultura no siempre se compaginan, y en este caso, como en la leyenda artúrica que da título al libro, propone la necesidad de construir las relaciones, de alimentarlas día tras día, para que los avatares de la existencia no acaben por destruir el amor. «Vázquez Montalbán se embarca ahora con una novela, o novela de novelas, que surge, espléndida, a la sombra del ciclo artúrico donde encuentra estímulo e inspiración.» El País «Inteligente, entretenida, inverosímil, tierna y curiosamente benévola.» La Vanguardia «Vázquez Montalbán ha construido un símbolo de nuestro tiempo pero mirando inteligentemente en el pasado y en la simbología del amor.» La Razón