La riqueza de los Pilaster se basaba en el banco de la familia, una de las más sólidas y repetables instituciones financieras del Londres victoriano. En torno al consejo de administración, que preside el anciano Seth Pilaster, giran las ambiciones de la familia, sobre todo las de Augusta, su maliciosa nuera, y las de Hugh, nieto de Seth. Augusta, junto a su falta de escrúpulos, cuenta con la alianza de Miguel Miranda, vástago de una brutal familia de caciques sudamericanos que desea contar con el apoyo del banco para sus proyectos de dominio. La lucha entre la perfidia de Augusta y la tradición de honrandez de Hugh maracará durante treinta años los destinos del banco.