Inaugurada la década de los años noventa surgió en el panorama de las letras españolas un grupo de escritores que se planteaba un retorno a la exigencia narrativa, al riesgo y al valor literario. Es en este momento cuando Luis Magrinyà publica Los aéreos (1993), un conjunto de cinco relatos que desarrollan un mismo tema y forman a un tiempo un todo estructuralmente organizado como libro. El título alude a cierto tipo de héroe abrumado por el peso de sus aspiraciones, cuyo éxito o fracaso se produce siempre en unas circunstancias que obligan a cambiar de valor los grandes gestos iniciales. Un libro duro, frío, sin concesiones, desasosegante. Relatos en los que la inquietud no nace tanto del misterio como del deseo oculto. Una escritura radicalmente literaria, plena de ambición, respetuosa con la mejor tradición narrativa pero asomada a lo desconocido.