Pocas personas representan la época y el espíritu de la Restauración como Aphra Behn. Nacida en 1640, en Inglaterra, poco antes del inicio de la Guerra Civil, comenzó su vida adulta con el retorno de la monarquía. Vivió intensamente todos los avatares políticos de la época, como espía y como escritora, siempre al lado de la monarquía. A pesar de sus limitados ingresos económicos, formó parte de la corte, y en su vida privada vivió tan libre e independiente como pudo y la sociedad le permitió. Sus obras reflejan el espíritu libertino de la época sin tapujos y con total honestidad.
El protagonista masculino de «El aventurero», Willmore, es uno de esos «realistas» proscritos (seguidores de Carlos I durante la Guerra Civil inglesa) que se vio forzado al exilio y viajó por toda Europa en busca de aventura y fortuna. Willmore persigue a cuanta mujer le pasa por delante, pero tiene que enfrentarse con la actitud desafiante de las protagonistas femeninas, que reflejan con ella la crítica de la autora al sometimiento y la obligación sexual y matrimonial de las mujeres en su época. Los «whigs» son el blanco de las críticas de la autora en «La heredera burguesa»: antimonárquicos y puritanos, eran en realidad unos hipócritas, tan pecadores y lujuriosos, mentirosos y avariciosos, como los realistas.