Con el título de Retablo jovial agrupó Casona en un libro cinco obras cortas, escritas originariamente para ser representadas en el Teatro del Pueblo de Misiones Pedagógicas, que Casona dirigía: Sancho Panza en la ínsula, Entremés del mancebo que casó con mujer brava, Farsa del cornudo apaleado, Fablilla del secreto bien guardado y Farsa y justicia del corregidor. El propósito, por tanto, de estas obras de teatro menor es el de entretener y divertir, a través de una trama de burla y enredo, sin intención moralizante, en un ambiente desenfadado y festivo. Subyace, no obstante, un propósito didáctico, relacionable con la vocación pedagógica de Casona, de poner al pueblo en contacto con los clásicos en cuyas obras está la esencia del teatro puro; no falta, tampoco, a través del humor, la crítica de determinadas actitudes individuales y sociales y una amable sátira de algunos comportamientos humanos. En un momento de crisis para el teatro, Alejandro Casona supo traspasar los límites del realismo y conferir al teatro dignidad y categoría literarias.