Ya estamos en el siglo XXI y, a pesar de que intentamos que nuestros hijos crezcan en una sociedad unisex, en todos lados escuchamos que los circuitos de los cerebros de hombres y mujeres son diferentes. Las revistas, artículos de periódicos e incluso las publicaciones científicas no hace más que hablarnos de los dos tipos de cerebros, lo que valida esta opinión. Las mujeres, parece ser, son demasiado intuitivas para las matemáticas y los hombres se concentran demasiado en una sola cosa, lo que los hace incapaces de desarrollar tareas domésticas. Empezando por las últimas investigaciones en neurociencia y psicología, Cordelia Fine se dedica a derribar cada uno de los mitos que nos hablan de los circuitos neuronales masculinos y femeninos, desmintiendo “verdades absolutas”. Fine avanza un paso más y ofrece una explicación diferente a las distinciones entre los comportamientos de los hombres y las mujeres y nos da una clarificante conclusión: las mentes están en continua mutación y son elásticas hasta tal punto que siempre se encuentran influenciadas por las asunciones culturales con respecto al género.