Para que el niño viva en armonía consigo mismo y con los que le rodean, es necesario que los adultos de referencia, padres y educadores, establezcamos con él un sólido vínculo basado en el compromiso y la confianza.
Si el niño se siente amado y seguro, si compartimos con él momentos de juego y diversión, pero también responsabilidades y tareas, el pequeño sentirá deseos de colaborar con los adultos. Esta es la base sobre la que podremos construir una sana disciplina que ayude al niño a crecer, a ser cada vez más autónomo y a vivir con otros.
De forma clara y sencilla, la autora de esta obra nos da a conocer lo que es la disciplina entendida en un sentido positivo, como un elemento necesario que ayuda al niño en su desarrollo. El libro ofrece algunos métodos y herramientas válidas para establecer este tipo de disciplina en la familia y en la escuela.