La escuela es uno de los pocos lugares que pueden ser compartidos de forma interactiva, en donde no sólo se aprenda, de forma receptiva, el lenguaje para acceder al currículum existente, ya que eso no sería inclusión, sino que se aprenda en igualdad, accediendo a la participación, a la política, la democracia, los bienes de las distintas culturas y el desarrollo de todas ellas hacia la cidadanía y la convivencia. Para esto es necesario emprender un dialogo intercultural crítico en la escuela como lugar político común ya que como señala Freire ?Solamente el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin él no hay comunicación y sin ésta no hay verdadera educación?, dar voz a las minorías en las escuelas es un primer paso para el reconocimiento de las diferencias.