Los derechos sociales son, para bien o para mal, un signo de nuestro tiempo. A través de ellos y en su progresiva implantación en las sociedades occidentales tras la Segunda Guerra Mundial, se fue modificando paulatinamente la antigua concepción del Estado y de sus funciones, así como, al mismo tiempo, se intentaba lograr una sociedad más igualitaria, más justa, más cohesionada. Los derechos sociales aparecen así como una conquista de las clases más desfavorecidas y como una transacción entre los diferentes intereses sociales con el objeto de lograr la paz social. De la mano de los derechos sociales, auspiciados por un desarrollo económico sin precedentes, las sociedades occidentales vivieron una era de prosperidad y de bienestar generalizado. Así pues, los derechos sociales transformaron las viejas concepciones de la sociedad, el Estado y los derechos del hombre. Con el tiempo, sin embargo, fueron objeto de duras críticas al responsabilizarlos de la creciente parálisis del Estado ya visible a finales de los 60s y principios de los 70s. En consecuencia, en alguno de estos Estados se procedió a su paulatina supresión. En la actualidad, paradójicamente, cuando son visibles los efectos de la política neoliberal en las sociedades occidentales y en las relaciones internacionales, parece que han recobrado una cierta vitalidad. Por un lado, por cuanto los gobernantes de las naciones más desarrolladas (EEUU, Inglaterra, Francia y, más recientemente, Alemania) que han ido accediendo al poder en los últimos años el discurso sobre los derechos sociales ha ocupado un puesto importante en sus programas políticos. Incluso, la tercera vía no es sino una relectura vacua de la renovación de estos derechos. Al mismo tiempo, no puede ignorarse la reivindicación de algunos países en vías de desarrollo en aras de la implantación de políticas relacionadas con los derechos sociales, aunque ello suponga una revisión de los programas de ajuste estructural para el pago de la deuda externa. De una forma u otra, parace que los derechos sociales están, de nuevo, de moda, aunque sea con un traje distinto. El libro Políticas de bienestar. Un estudio sobre los derechos sociales pretende tratar todos estos temas haciendo un especial hincapié en su historia, en su fundamento y en su realización. En particular, a su especial articulación con el Estado social, a sus problemas de justificación. Asimismo, también se tratan las críticas vertidas contra los derechos sociales provenientes, en buena medida, de las corrientes neoliberales. En resumidas cuentas, constituye un buen texto para conocer de primera mano aquellas cuestiones más relevantes sobre los derechos sociales.