La observación atenta de la evolución de los niños supone un tiempo de atención y de comprensión hacia ellos. Es el tiempo que les podemos ofrecer como primera garantía de una intervención terapéutica rigurosa y consciente.
Históricamente, la observación ha estado presente en la obra de los principales especialistas en el conocimiento de la infancia, aunque nunca tratada como un objeto de estudio per se, sino como un instrumento adscrito a una determinada escuela o corriente. En esta obra los autores dotan de especificidad y de contenido propio al trabajo de la observación infantil, adquiriendo así sentido pleno como origen de líneas de intervención terapéutica, educativa y rehabilitadora. En la parte primera se realiza un recorrido por las etapas evolutivas iniciales del ser humano, desde las estructuras psicobiológicas en las que se apoyan hasta las adaptaciones psicosociales. Pero la aportación más novedosa está en su parte segunda, dedicada a la presentación de un procedimiento de observación e intervención orientado a la práctica aplicada y que se apoya en numerosos ejemplos tomados de la práctica profesional de los autores.