Este libro explora varias rutas de acceso a ese fenómeno semiótico que es el símbolo. Pero no un símbolo cualquiera, sino uno muy especial, extremadamente rico en significado. Por esta razón, se le ha encomendado su interpretación a la hermenéutica. Ahora bien, esa interpretación ha oscilado entre los que, con un univocismo cientificista, pretenden traducir el símbolo a contenidos claros y distintos, y los que, con un equivocismo relativista, llegan a decir que la interpretación de los símbolos es prácticamente imposible. Por eso, el autor busca un camino intermedio, al que denomina hermenéutica analógica.