He aquí un libro eminentemente nuevo. Casi nos atreveríamos a calificarlo como pionero en su temática, basada, fundamentalmente, en el estudio de sistemas de ordenación del conocimiento, sea éste tácito o explícito. Hoy en día, ya no bastan los sistemas tenidos como clásicos, pues el uso de las tecnologías informáticas obligan a cambiar de mentalidad y formas de trabajo, tanto en los procesos de organización, como de búsqueda de información.
La novedad de este libro radica en la aplicación de conceptos y métodos no utilizados hasta ahora, como son las ontologías y la taxonomía, junto con los tesauros, precisamente a la ordenación del conocimiento, basado éste en una información primera.
Tanto las ontologías como la taxonomía se basan, en sus principios primeros, en clasificar los temas, contenidos en los documentos, según una estructura jerárquica o relacional de los términos ?palabras? determinantes de cada temática. Esto supone idear construcciones, asimismo, jerárquicas y relacionales, siguiendo métodos coherentes? Se está haciendo referencia a los sistemas de organización del conocimiento derivados de la teoría de tesauros.
Por estos motivos, la parte central de este libro se dedica a la construcción y uso de tesauros. Se podría argumentar que ya se cuenta con los programas informáticos, pero esos programas son ideados por los hombres, los profesionales. En cualquier caso, se dedica un capítulo a los sistemas informáticos para la construcción de tesauros.
Esta obra se completa con el estudio de la aplicación de la sistemática a la ordenación del conocimiento, donde se deduce que la sistemática cladista es la más apropiada para este fin.
Hoy en día, la información, en sus diferentes formas y con sus diversas connotaciones, nos rodea e inunda por todas partes. Tanto es así, que incluso se ha llegado a formular una nueva teoría epistemológica ?informacionismo?, tomando la información como su paradigma principal. Esto nos lleva a deducir que no es posible quedarse en una visión horizontal de las cosas. Se debe llegar a un mayor nivel de abstracción, donde se observa todo relacionado con todo. Ya no existen los compartimentos estancos. De aquí que el último capítulo de este libro se dedique al estudio y aplicación de la ciencia sistémica ?teoría de sistemas? a la ordenación del conocimiento.
Los epígrafes van acompañados de esquemas y cuadros a modo de resúmenes de lo que se escribe. Al final de cada capítulo figuran unos temas de coloquio que invitan a reflexionar para que cada lector pueda sacar sus propias conclusiones. Su redacción, sencilla y clara, hace comprensible su lectura.