En los años ochenta fuimos decenas de miles, de todas partes del mundo, los que acudimos a Nicaragua. No importa si fuimos desencantados por las derrotas en nuestro país, si fuimos huyendo de algo, si fuimos para curarnos, si fuimos cegados de una ingenuidad que nos tapó los ojos para ver los defectos de aquella revolución, lo que importa es que fuimos, entusiastas y generosos estábamos allí, recorriendo los pueblos, buscando hablar con mujeres del Cuá y de Ticuantepe, conversar con los jóvenes del popular barrio Riguero donde los domingos se cantaba la Misa Campesina, hacer amistad con los pobladores de León y Chinandega deambulando por sus calles calurosas, buscando siempre cómo ayudar, qué hacer, pues vivíamos una gran obra colectiva, esta vez no sólo para resistir sino también para construir. Acudimos a cosechar, a vacunar, a construir escuelas y clínicas en los confines rurales, a enseñar y a aprender, a participar en una experiencia única, subir a ese tren que pasa una vez en la vida.
Iosu Perales nació en Tolosa. Politólogo de formación, ha ejercido el periodismo durante bastantes años. Sus primeras obras de ensayo y divulgación están vinculadas a su propia experiencia en América Central en los años ochenta, y ha publicado varios libros y numerosos artículos. En el género de narrativa es autor de Viento del Norte, novela inspirada en la conflictiva sociedad vasca de nuestro días, así como Adiós Managua, El rey del mambo y Buenos días La Habana. En el año 2003 ha publicado El perfume de Palestina, libro de ensayo sobre el conflicto palestino-israelí resultado de sus viajes a la región.