«[...] En ello consiste la esencia del Estado, que podemos definir así, una persona de cuyos actos una gran multitud, por pactos mutuos realizados entre sí, ha sido instituida por cada uno como autor, al objeto de que pueda utilizar la fortaleza y medios de todos como lo juzgue oportuno para asegurar la paz y defensa común. [...]»
Hay algunos libros, pocos, que se mantienen presentes en el transcurso del tiempo como fuente inagotable de sugestiones y de estímulos para la reflexión, y de entre ésos los hay que no sólo sugieren y estimulan, sino que se constituyen en un campo permanente de investigación intelectual. En los casos en que se dan estas condiciones nos encontramos ante grandes obras cuyo conocimiento y divulgación es una constante ayuda y sorpresa cultural. Tal ocurre con el Leviatán de Hobbes, algunas de cuyas definiciones, como la famosa de «la risa como gloria súbita», se han incorporado al acerbo de conocimientos de las más diversas disciplinas. Las reflexiones de este libro excepcional sobre la sociedad y el Estado, su recíproca relación y el nacimiento, mantenimiento y desarrollo del poder son permanentemente actuales. Quizá reeditar a Hobbes sea una obligación exigida por las condiciones objetivas de nuestra propia sociedad, que vive en el presente ?con parecida intensidad? los problemas que Hobbes trató en el pasado.
Lo que hemos dicho para Leviatán vale para Del ciudadano y otras obras menos conocidas de este genial autor, que el lector recibirá en la presente edición traducidas y cuidadas con el esmero que su importancia intelectual merece.