Doña Berenguela, a pesar de su obligada humildad feminista, exigida en su tiempo, es uno de los personajes más interesantes de la historia de España. Ella fue un «bien de Estado» que le exigió una entrega total y unos sacrificios dolorosos; pero ella recibió y ejerció el don de la visión y sentido de Estado. De la solución feliz a la grave crisis vivida por Castilla entre 1214 y 1230 ella fue la primera y más decidida responsable. Dos hechos fundamentales hispánicos fueron obras principales de sus manos: la formación física, mental, moral y ejecutiva de su hijo Fernando III, el Santo, gran soldado y prestigioso estadista, y la unión definitiva de los reinos de León y de Castilla. Sin ese regio personaje y sin esta regia unión castellano-leonesa es muy difícil imaginar cómo habría corrido desde el siglo xiii hasta hoy la historia de España. Su hermano Enrique I (1204-1217) no alcanzó por su trágica muerte ninguna significación; es una anécdota, con subido interés, de la vida de España. Historiadores, políticos y feministas hallarán en este libro una constructiva lectura.