Estados Unidos ha estado luchando por más de treinta años con el problema de su relativa declinación en el sistema mundial. La ?guerra al terrorismo? de George W. Bush marca un punto decisivo en la política mundial norteaméricana, al tratar de restaurar por esta vía su poder mundial, Bush, en realidad, ha debilitado más a este país. La cuestión a la que hoy se enfrenta Estados Unidos es si puede concebir una nueva política mucho más realista y progresista que la anterior. No será sencillo, pero si este país no realiza un giro decisivo en la forma de relacionarse con el resto mundo, las consecuencias serán desastrosas para todos.