Fascinante obra de desconstrucción, 'Categorías de lo impolítico' parte de la comprobación de que el léxico tradicional de la política occidental ya no es apropiado para definir los hechos y las cosas de la realidad: las palabras, los conceptos, las categorías con las cuales, hasta ahora, fue pensada esa fundamental actividad humana dejan en los márgenes un lado "impensado" e "inexpresable". Ese obstáculo proviene de una dificultad que inviste la categoría misma de "representación", tanto en el sentido (teológico-político) de la representación-imagen del Bien por el poder, como en el sentido (moderno) de la representación-delegación de la mayoría por una instancia soberana única. De este modo, la perspectiva "impolítica" no es una actitud apolítica ni impolítica, sino antes bien la política considerada desde su frontera exterior, su determinación, en el sentido de que define los "términos": las palabras y los límites. Para Esposito, impolítico es precisamente el espacio que marca la imposibilidad del pensamiento de adherirse completamente a la realidad de la política, imposibilidad radicalmente debida al hecho de que el caos no está sólo en la realidad de la 'polis' sino en el hombre mismo.