La historia del hombre, desde sus más lejanos orígenes, es un tejido cuya urdimbre está mallada con hebras de multitud de colores y texturas de forma que, de ninguna manera, la historia de Europa puede entenderse sin comprender la de Oriente Medio. La historia del pueblo hebreo representa, sin lugar a dudas, el núcleo central del relato que explicaría la transcendencia del cruce de caminos entre las culturas de Oriente y Occidente.
La historia del pueblo hebreo, junto con la de todas aquellas culturas e imperios que con ellos tuvieron contacto de alguna manera a lo largo de su vida, es, para el propósito de este libro, un cuento, un relato como aquellos que los viejos del lugar narraban en las plazas de las antiguas ciudades a todos aquellos que se acercaban a escucharlos. Es el relato de las venturas y desventuras de las gentes que, perteneciendo a una raza, a una cultura, a una religión propias, hubieron de arrastrar, como tantas otras en los cinco continentes, y cuyo análisis, haciendo uso de los elementos de que disponemos hoy día para investigar la historia, servirá para comprender su existencia y, sin lugar a dudas, la de la humanidad, cuya evolución se encuentra entretejida con todos y cada uno de los pueblos que han habitado este planeta a lo largo de su prehistoria e historia, como un telar de múltiples colores en donde cada hilo forma parte de la trama total y sin cuya concurrencia la textura definitiva no tiene sentido.