Supongan ustedes que un reconocido antropólogo decide contar lo que han supuesto cuarenta años de historia para dos poblaciones concretas, en este caso Pare, en Indonesia, y Sefrou, en Marruecos. Supongan también que el investigador en cuestión se encuentra, lógicamente, con un amplísimo abanico de posibilidades narrativas. Y supongan, finalmente, que ese mismo especialista acaba planteándose lo que de verdad hay que plantearse: cómo han cambiado, en ese lapso de tiempo, no sólo sus objetos específicos de estudio, sino también la relación del intelectual con el mundo, la antropología misma e incluso su propia labor de antropólogo. Pues bien, si mezclan bien todo esto, el resultado será Tras los hechos: una obra absolutamente inclasificable, una memoria personal que es a la vez una reflexión retrospectiva sobre la evolución de las ciencias humanas a través de los cambios políticos, sociales y culturales de las últimas cuatro décadas. Una elegante síntesis, en suma, de la obra de uno de los más importantes antropólogos de la historia, que utiliza un ejercicio práctico para generalizar con elocuencia sobre las posibilidades interpretativas de la antropología.