Las crisis son una dura oportunidad para aprender de los errores. El objetivo de este texto es apuntar qué lecciones cabe extraer de los acontecimientos recientes, del camino que nos condujo a ellos, de la gestión de las dificultades y de la digestión de su legado, desde los déficits públicos a los cambios en la distribución global del poder económico y político. ¿Estamos extrayendo las implicaciones adecuadas o, por el contrario, estamos ignorando lecciones importantes y, por tanto, probablemente, condenándonos a repetir de alguna forma la Historia? ¿Estamos permitiendo un retorno al business as usual o tendremos la lucidez y la humildad de aprender de los errores y fragilidades? ¿O tendrán que ser los libros de Historia los que nos cuenten lo que debimos aprender y no hicimos?