Aunque la preocupación por el problema de la religión, y más concretamente por el problema de los orígenes psicológicos de Dios, haya estado presente en los inicios del psicoanálisis, con posterioridad se ha tendido a olvidar la importancia clínica que reviste la experiencia de Dios por parte del paciente. Sin embargo, Freud llegó a escribir: «La idea de un gran Dios único, idea ésta que debe aceptarse como un recuerdo plenamente justificado? tiene un carácter compulsivo, 'debe' ser creída».
Para hacerse cargo de esta conclusión, Ana-Maria Rizzuto indaga a través de la investigación clínica y de la reflexión teórica 8213;a partir de las obras de Freud, Erikson o Winnicott8213; la génesis de la representación personal de Dios y las ulteriores elaboraciones que de ella hace el individuo a lo largo de las vicisitudes de su ciclo vital. Desde el campo psicoanalítico, el presente libro constituye así también una contribución a la necesidad planteada actualmente a la reflexión teológica de integrar las perspectivas teológicas con la experiencia humana concreta.