Probablemente La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero de John Maynard Keynes sea el tratado de Economía más influyente del siglo XX. A fecha de hoy, y pese a haber sido publicado hace 75 años, todavía sigue siendo citado como una referencia autorizada, sobre todo gracias a la reciente crisis internacional, en la que muchos han querido ver una reivindicación de las teorías del inglés: a saber, que el capitalismo es un sistema demasiado inestable como para funcionar adecuadamente sin una intervención generalizada del Estado dirigida a estabilizar los niveles de gasto agregados y a lograr el pleno empleo de los recursos.
Frente a estos planteamientos, hoy omnipresentes tanto en la academia como en los medios de comunicación o en los gobiernos, Juan Ramón Rallo se vale del paradigma de la Escuela Austriaca para refutar todo el desarrollo argumental que el inglés despliega en La Teoría General.
Así, en Los errores de la vieja Economía, el profesor Rallo disecciona críticamente cada uno de los razonamientos que utiliza Keynes para lanzar su diatriba contra el capitalismo y demuestra que el libre mercado, lejos de degenerar en el caos, el desempleo y el estancamiento, como piensan los keynesianos, tiende hacia la armonía de intereses, la cooperación voluntaria de todos los recursos y la prosperidad generalizada.