Por defincición, un modelo de evaluación consiste en un arquetipo o punto de referencia que puede ser imitado o reproducido con el fin de medir o estimar el valor de algo. En este sentido, conceptualmente, la evaluación de territorios inteligentes se fundamenta en la acción de valorar el estado de situación de los distintos aspectos que definen un territorio inteligente (de acuerdo, por ejemplo, a un modelo conceptual previamente establecido) mediante una cierta vara de medir que, por su carácter, puede ser absoluta (por ejemplo, un benchmark establecido por organismos, expertos, etc.), temporal (esto es, en comparación a un periodo de tiempo pasado), relativa (esto es, en comparación a nuestro entorno socioeconómico o cultural), etc.