La ciudad antigua fue desapareciendo lentamente entre los siglos V y VII, dando paso a nuevas realidades urbanas que originarán la ciudad «medieval». La comprensión del hecho urbano en la Edad Media pasa necesariamente por el análisis minucioso de las percepciones que tenían del mismo sus contemporáneos, pero sin renunciar a la construcción teórica de su objeto valiéndose de los conceptos actuales de las ciencias sociales. Desde esta doble perspectiva, se aborda el nuevo modelo de urbanismo de los siglos VIII-IX, el florecimiento de las ciudades en la época de la expansión europea (siglos XI-XIV) y la formación de las comunidades urbanas como sociedades políticas relacionadas con los estados nacientes (siglos XII-XV). Al mismo tiempo, se estudia la vida en la ciudad a partir de sus estructuras económicas, de los espacios urbanos y las formas de sociabilidad.