En la actualidad, la importancia del agua como recurso natural en nuestro planeta es crucial y esto hace que pensar en situaciones que pudieran contaminar el agua destinada al abastecimiento público dé lugar a situaciones, sino de alarma, al menos de una necesaria reflexión. A lo largo del libro, el autor va argumentando a favor y en contra del consumo del agua del grifo, describiendo desde sus propias experiencias en temas de salud pública, a las claras preocupaciones de cualquier turista que, además de querer saber del tiempo o de la posible inestabilidad política del país en el que se encuentre, necesita saber con mayor apremio, si cabe, de la calidad del agua de bebida. Se hace una descripción pormenorizada de cómo han ido evolucionando las condiciones higiénico-sanitarias de los abastecimientos de las ciudades, de las características de las aguas envasadas y de lo idílico que en ocasiones puede resultar su consumo, al evocar de forma inconsciente las zonas de la naturaleza de las que proceden. Finalmente, los argumentos esgrimidos sobre los controles de calidad a los que se somete el agua destinada al abastecimiento público nos hacen pensar en lo agradable y claramente placentero que puede resultar beber en cualquier momento el agua del grifo.