En 1501 Miguel Ángel dejaba un cuadro inacabado. ¿La razón? Se había quedado sin el azul ultramar para el manto de la Virgen. En enero de 1777 un joven botánico francés entraba en México a escondidas. ¿Su misión? Robar el secreto del carmín. En 1821 moría Napoleón Bonaparte. ¿Cuál fue la causa de su muerte? Algunos dicen que el papel pintado de su dormitorio.
Estas historias, y muchas otras, fueron el equipaje de Victoria Finlay en sus viajes por el arco iris. Para desvelar los secretos de la paleta escaló montañas para llegar a las minas de lapislázuli en Afganistán, viajó a México para ver a los caracoles que lloran lágrimas púrpura e incluso se aventuró en lo más remoto de Australia en busca de los secretos del ocre. Y lo que descubrió fue que tras la fabricación de los colores no se encuentran sólo recetas artesanales, fórmulas químicas o componentes más o menos exóticos, sino que también se esconden secretos, misterios y pasiones.