Con Fimo, una pasta de modelar que se cuece en el horno casero, se pueden realizar de forma muy sencilla objetos con los que decorar la casa.
La mayoría de los aficionados empieza haciendo cuentas, figuritas o miniaturas, que son los usos tradicionales del Fimo. Pero son muchas más las posibilidades que ofrece el Fimo para decorar la casa, como hacer una pantalla opalina para una lámpara, tapas para cuadernos que imiten el cuero repujado o unos prácticos bolígrafos nacarados.
El Fimo se ofrece en una gama amplia de colores que combinan estupendamente con las telas y la pasamanería de las tapicerías, y que además se pueden mezclar entre sí y con polvos metalizados para imitar el bronce antiguo o la plata reluciente.
Muchos proyectos de este libro están inspirados en antigüedades, para aportar un toque romántico al hogar.