El periodismo y los periodistas se hallan en la actualidad más inmersos que nunca en una estructura de poder que los sitúa dentro de una red de intereses amplios y complejos, algo que, aunque tiene sus ventajas empresariales, está dañando seriamente al propio periodismo. Se trata de una consecuencia del proceso acelerado de concentración de capital que conocemos como mundialización o globalización. En este contexto, lo que no han sido más que luchas de poder, filtraciones de sumarios, etc., se han presentado al público como periodismo y, más en concreto, como periodismo de investigación cuando en realidad se trataba de pseudoperiodismo. Se han producido vulneraciones deontológicas pero, al mismo tiempo y de forma paradójica, ciertos estratos de la "estructura invisible" de poder han llegado a rozarse. Entonces ese poder ha reaccionado para preservarse, los mensajes periodistícos se han vuelto más uniformes y se han impuesto una especie de punto final. Los públicos han asistido a unos acontecimientos complejos pero significativos (casos Guerra, Roldán, Rubio, GAL...), esos públicos que sufren una nueva ley del silencio, no escrita, y otra paradoja: la de estar y a la vez no estar en un régimen democrático.
Estos factores aparentemente diversos, pero con un sustrato común, son analizados por Ramón Reig desde una óptica muy crítica pero a la vez constructiva, ya que se parte de una base clara: el periodismo o da un salto cualitativo o terminará siendo un espectáculo más sujeto a las modas. Los hechos que se describen en este libro así lo demuestran.