«Sánchez Salas [tuvo] el raro privilegio de trabajar con el escritor día a día, casi hasta su muerte [...]; de observar su proceso creativo, participar en sus proyectos e incluso escuchar sus confidencias. [...] Está llevando a cabo un valioso trabajo de ordenación y desbroce. Esperemos que siga en la misma línea, pues queda mucho por decir acerca de aquel insólito, y hasta cierto punto enigmático, hijo de Iria Flavia.». IAN GIBSON.