Dibujando la tormenta es un paseo a través de las vidas y obras de cinco «inventores de la escritura moderna»: Faulkner, Borges, Stendhal, Shakespeare y Saint-Exupéry. Un apasionado y estimulante canto a la lectura en el que Pedro Sorela, de forma amena y a la vez exhaustiva, nos descubre cómo Faulkner intuyó que toda novela es una forma de poesía, cómo Borges tuvo que sufrir una infección de la sangre para terminar aboliendo las fronteras internas de la literatura, cómo de Shakespeare no sabemos casi nada pero sí lo que importa, cómo Stendhal escribió para revivir su juventud heroica en Italia e intuir que la condición para escribir una obra maestra es haberla vivido antes, y cómo Saint-Exupéry encarnó un siglo después esa profecía y fundió vida y escritura en una sola obra.
Toda selección tiende a ser injusta, pero no si se trata, como es el caso, de la propuesta de una serie de escritores que no pretende armar ninguna etiqueta, ni esculpir un canon, ni ordenar una clasificación o fácil comodín cultural para la academia, la crítica, el periodismo o cualquiera de las industrias de la posmodernidad. El único criterio seguido por Pedro Sorela para proponer a Faulkner, Borges, Stendhal, Shakespeare y Saint-Exupéry como algunos de los fundadores de la escritura moderna es una doble constatación: la de que el placer de su lectura aumenta con el tiempo y la de que nada fue lo mismo después de sus libros: la caligrafía de cada uno de ellos es reconocible en la escritura moderna. Todo ello es explicado a la luz de cinco intensas biografías, sin las cuales, en contra de lo que tiende a sostener la Academia, sus obras resultarían mucho más enigmáticas de lo que siempre es inherente al gran arte.