Siglo de revoluciones y conflictos, de absolutismo y liberalismo, de monarquías, república y restauración, de gobiernos provisionales y guerras civiles, el período que se alarga entre 1808 y 1898 está marcado, en lo literario, por complejos fenómenos de corto y largo alcance: los resabios ilustrados, la formación y evolución del romanticismo, el purismo, el casticismo, el debate sobre el naturalismo, entre otros. Junto a ellos, no pueden descuidarse aspectos decisivos en la configuración del campo literario, como la lucha por la educación y la lectura, el desarrollo de la edición, la creciente prosperidad de los periódicos, la progresiva emancipación del escritor y el peso de la censura sobre su libertad, sin olvidar tampoco fenómenos como las tertulias y los salones, el papel de los viajeros románticos (extranjeros y nacionales) o las cambiantes relaciones, a lo largo de todo el siglo, entre el centro y la periferia. El resultado fue una centuria intensa, con un escenario general formado por autores de gran relieve (de Moratín y Quintana a los grandes novelistas del realismo-naturalismo como Galdós, Clarín o Pardo Bazán, pasando por la hornada romántica de Espronceda y Larra, el teatro de Rivas y Zorrilla, el costumbrismo de Mesonero Romanos, la lírica de Bécquer y Rosalía, y los primeros escritores de la Restauración, como Alarcón, Pereda y Valera); sobre todos ellos, y sus lectores, versa el presente volumen.