La obra ensayística de Adolfo Castañón, una de las más lúcidas e influyentes de la
literatura en español, está medularmente atravesada por las letras francesas.
«La cultura francesa es como la cultura cristiana o hebrea, una nación electiva», dice.
Este libro recoge un amplio conjunto de ensayos publicados a lo largo de varios años en
distintas revistas y suplementos literarios, sobre «autores cuya lectura me ha parecido imperioso
compartir con quienes sufren una sed parecida a la mía». Su unidad «es la de las intermitencias
críticas de un lector curioso que va de voz en voz en busca de amistad y afinidad fuera de las
fronteras naturales de su país y continente».
De Voltaire y Chamfort a Céline, Saint-John Perse, Malraux, Schwob o Le Clézio, Castañón ofrece
vívidos retratos intelectuales además de literarios de autores en lengua francesa a los que
ha hecho «suyos».
Voltaire es «el hombre libre y el hombre libro, el hombre periódico que mató de risa al Antiguo
Régimen y que inauguró la experiencia literaria moderna», ejercitando «esa curiosa variedad de la
seducción que es persuadir»; Malraux, «una combinación azarosa y contradictoria de reportero,
filósofo y poeta? un soñador diurno, el hombre de las grandes y hermosas ojeras, no cierra jamás
los ojos, vigila»; Marcel Schwob, autor de una «obra estricta y risueña»; a Le Clézio lo imagina
«siguiendo las huellas de Artaud, buscando un tesoro invisible en el polvo nómada del desierto. Es
rubio, en efecto, pero tiene algo de indígena o de extranjero».
Un volumen de mitologías, una invitación a la lectura o a la relectura