Mario el epicúreo es
una narración profundamente poética, una biografía
del espíritu, que muestra la evolución del pensamiento de
un joven patricio romano, tal y como se desarrolló en muchos espíritus
y pensadores de finales del Imperio Romano, desde las tradicionales creencias
paganas de la vida espiritual griega y romana hacia una nueva filosofía
de la vida representada por el espíritu comunitario de los primeros
cristianos. Su héroe, el joven Mario, vive en la época
de los Antoninos, el periodo más álgido del Imperio Romano.
Al principio, el cálido culto de los dioses domésticos y
de los espíritus campestres colman todas sus aspiraciones. La muerte
de su madre y la de su más querido amigo, el poeta Flavio, lo sumen
en la incertidumbre sobre los problemas fundamentales de la vida, que cree
resueltos en la filosofía epicúrea. Más tarde, su
decisivo encuentro con Marco Aurelio le inclina hacia las doctrinas estoicas.
Finalmente es seducido por el espíritu rebelde y la serena actitud
fraterna y esperanzada de los fieles que se reúnen en las catacumbas
romanas o mueren en el circo.
Pater, que tanto influyó
en los esteticistas de finales del siglo XIX, entre los que se encontraba
Wilde,
consigue una obra misteriosamente autobiográfica, de la cual Yeats
llegó a afirmar que fue el único libro sagrado para su generación.